jueves, 12 de marzo de 2009

EL "ESCAPARATE" DE LA PREVENCIÓN LABORAL

La central de ENDESA expuso ayer los nuevos trajes y herramientas de prevención laboral, como clausura de las jornadas de prevención con las que se ha formado a los trabajadores. La lectura es que siguen mejorando en protección a la vez que en comodidad para el usuario.
Las ‘Jornadas de concienciación sobre la prevención de riesgos laborales’, organizadas por ENDESA, acabaron ayer con la exposición en las instalaciones de la propia central de los nuevos
trajes y herramientas en materia de prevención de riesgos.
Raúl Arenas García, responsable de Auditorías y Subcontratación de la empresa, comentó que la exposición es un pequeño resumen de los equipos de protección individual. “Nuestro catálogo consta de 400 artículos que se dividen en dos grandes apartados:equipos de protección individual y, por otro lado, de protección colectiva”, comentó Arenas.
La exposición se centró en algunas de las ropas de trabajo y herramientas del primer grupo. El riesgo más importante al que se enfrentan los trabajadores de ENDESA es el eléctrico. “Tenemos ropa de protección que evitan los dos riesgos principales: la entrada de corriente en el cuerpo humano y el calor que puede derivarse de las llamas de un arco eléctrico”. Las nuevas prendas protegen de hasta 40 calorías, que es la cantidad de calor que entraría al cuerpo si se expone a 50 amperios y también impide la entrada de un rayo.
Con respecto al riesgo químico, existen varias protecciones. Hay un primer traje que protege contra las pequeñas salpicaduras de ácidos o bases. El segundo eleva la protección hasta un 90% de concentración de ácidos, mientras que un tercer traje tiene un equipo de respiración autónoma capaz de proteger de concentraciones de un 95%. “Otro tipo de riesgo con el que nos enfrentamos es el de la altura. Todos los elementos auxiliares son completamente nuevos y la mayoría de ellos trabajan de un modo automático”.
Arenas también habló del riesgo de atmósferas explosivas en centrales de generación. “Los vapores del fuel-oil son capaces de ionizar el aire y ante pequeñas chispas generar explosiones. Es muy importante que la ropa sea capaz de disipar la energía eléctrica superficial hacia el suelo. En vez de quedarse en un punto concreto, baja a los pies y a través de las líneas de tierra se disipa esa energía”.
Otro de los puntos a los que se extiende la protección es la minería. “Los cascos, guantes y la ropa de trabajo tienen que ser especiales, ya que las máquinas funcionan a 20.000 voltios y tienen que proteger también contra el arco eléctrico. Las lámparas, que antiguamente eran de carburos, se han sustituido por lámparas LEDS, que con una pequeña pila duran hasta 400 horas”.
Arenas informó también de los equipos de emergencia; en las grandes centrales hay un equipo de bomberos, que además de atender a la propia central, puede ayudar a los equipos de la propia ciudad donde están ubicados. “Estos equipos pasan todos las revisiones cada cinco años y están perfectamente capacitados para operar ante cualquier tipo de fuego”.
Con respecto a los trabajadores, una de las quejas más generalizadas es la del calor que generan estos trajes, sobre todo en centrales como la de Ceuta,que gozan de un clima caluroso la mayor parte del tiempo. Arenas informó de que se trabaja en la mejora de estos trajes, “que ya usan fibras que permiten la transpiración”.
Noticia extraida de "El Faro de Ceuta" con fecha 06-03-2009.

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