“Era un profesional como la copa de un pino, y, además, una grandísima persona”.
Quien habla es Jose Antonio López López, delegado de Comisiones Obreras en la
Ciudad, el sindicato del que era afiliado el agente de la Policía Local Yamal
Mohamed. Ellos están trabajando porque la muerte de Yamal sea considerada
accidente laboral, amparándose en la jurisprudencia que ya existe en casos de
otros agentes del Cuerpo que han fallecido de un infarto. Desde que se produjo
el fatal desenlace, CCOO tuvo que claro que pelearía porque se cumpla lo que
consideran un derecho, tanto por él como por su viuda e hijos. Es tal el cariño
que se le tenía al policía que los demás sindicatos con representación en el
Cuerpo se han mostrado interesados también en ayudar en lo que sea; un detalle
que ha sido muy valorado por la familia por lo significativo del gesto. No
obstante es CCOO, el que fuera su sindicato, el que está llevando, desde el
primer momento, adelante esta lucha que debe ser reconocida, porque no hacerlo,
tal y como confiesa López, “sería una barbaridad”.
Es la Ciudad la que tiene
que hacer el oportuno informe para encuadrar la muerte de Yamal en un accidente
laboral, y ya se dispone de una serie de datos, también médicos, para justificar
esta causa.
Y es que tal y como confirmaron a la familia el personal
sanitario que atendió a Yamal en el Hospital, en donde falleció, al joven ya le
había dado un primer infarto ese mismo día, por la mañana, cuando se encontraba
en acto de servicio en la barriada del Príncipe, donde estaba destinado desde
hacía muchos años. El segundo infarto, el que le dio en el propio Hospital,
terminó por quitarle la vida ya que su corazón no podía trabajar más.
Los
propios compañeros del Polifuncional y vecinos de la barriada han manifestado
cómo Yamal se encontró mal esa misma mañana. De hecho llamó por teléfono a su
padre para que le cogiera número en el médico, gestión que el progenitor llevó a
cabo disponiendo de la cita para esa misma tarde. Los agentes compañeros
recomendaron al fallecido que se marchara, pero éste no consintió porque tenía
que terminar con su trabajo, controlando así la salida de los escolares del
centro. Yamal era un policía entregado, el más antiguo de los destinados en la
barriada y sometido, tal y como recuerdan algunos de sus familiares, a un estrés
por el ambiente que le rodeaba. Los dos asesinatos ocurridos el pasado año en el
barrio, la situación tensa (los policías han pedido en muchas ocasiones unos
chalecos antibalas que no recibían) y la obligatoriedad de realizar servicios
sin apoyo (hay falta de personal en la unidad del Príncipe al producirse bajas
continuadas) y, en demasiadas ocasiones, en solitario, daban forma a una labor
sometida a muchísima presión. Yamal, como recuerdan sus compañeros, era un
ejemplo de cómo cumplir con su trabajo. De hecho, el día en que le dio el primer
infarto por la mañana, no quiso abandonar su puesto, sin saber que aquel primer
aviso le costaría después la vida.
Yamal nunca falló en su labor, y ahora
CCOO quiere que quienes deben responderle tampoco le fallen.
Noticia extraída de "El Faro de Ceuta" 24/04/2012 para la Agencia para la promoción de la Seguridad y Salud en el Trabajo.
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